El Efecto Mariposa
- J aAbel Caceres
- 6 ene 2018
- 4 Min. de lectura
“El batir de las alas de una mariposa puede provocar un huracán en otra parte del mundo”…
Con esta simple frase podemos resumir en qué consiste el efecto mariposa. Pequeñas acciones pueden ayudar a crear grandes cambios. Esta idea sacada de la Física y de la” idea del caos” puede aplicarse a la psicología.
Ya sabes pequeños gestos pueden mejorar tu vida.

Los actos que realizemos hoy influirán en nuestro futuro, que con pequeñas acciones podemos cambiar muchas cosas que no nos gustan de nuestra vida o simplemente que en lugar de culpabilizarnos por los errores que todos cometemos., podemos darle una solución introduciendo pequeños cambios.
¿Qué podemos hacer por nuestro efecto mariposa?
1.Habla directamente
En lugar de hacer elucubraciones o suponer habla directamente con las personas para evitar malentendidos. En muchas ocasiones no todo lo que vemos u oímos es cierto. Es mejor preguntar y no guardarnos nada. Así también evitaremos hacernos “mala sangre” sin motivos.

2. Hazte escuchar
Poco a poco demostrarás a los demás que tienes una personalidad fuerte y no te sentirás ninguneado o maltratado etc. Puede que te sientas cohibido desde un principio, pero todo es cuestión de práctica. Hazte oír. No tienes nada que perder.
3. Sé amable
Con tan sólo una sonrisa o unos buenos días a un vecino o a alguien que no conoces crearás un ambiente agradable en torno a ti. Ser amable no cuesta nada y nos da muchas cosas buenas. Sé bueno con los demás y recibirás positividad.
“La amabilidad es como una almohadilla, que aunque no tenga nada por dentro, por lo menos amortigua los embates de la vida”
-Arthur Schopenhauer-

4 .Disfruta de pequeños placeres
Una taza de café o chocolate mientras observas como llueve a través de los cristales, observar como duerme un bebé, jugar con los niños o cerrar los ojos y oler y percibir el sonido del mar te proporcionarán una fuente de placer inmediata y que prolongarás en el tiempo. Te irán generando un “pozo de felicidad en tu interior”.
5. Hacer pequeñas cosas por los demás sin esperar nada a cambio
Pequeños gestos como ayudar a tu vecino en un apuro o dejarle el asiento a una abuelita en el autobús, visitar ancianitos,de un asilo, visitar a los enfermos, crean efectos mariposa a corto, mediano y largo plazo. Para empezar está comprobado que el altruismo genera felicidad en las personas, por otro lado si unimos los pequeños gestos de cada uno generaremos un gran huracán.

¿Te imaginas que cada persona lleva un paquetito de arroz para los más desfavorecidos en la campaña navideña contra la pobreza; se acumularán kilos y kilos de arroz…y todo con un simple gesto; y si todos cedemos nuestro asiento a las abuelas…contribuiremos con el tiempo a generar una sociedad mejor, más humana y más feliz.
6. Detenernos un minuto cuando estamos enfadados
Respirar hondo y pensar que somos afortunados por todo lo que tenemos…otro huracán…nuestros niveles de ansiedad bajarán, saldremos de la espiral del enfado y prevenimos sentimientos nada saludables.
Gestos como estos previenen dolores de jaqueca, de estómago, resfriados etc. Las enfermedades están muy relacionadas con las emociones.
7. Piensa en el hoy y no en el mañana
Si ahora puedes disfrutar de dar un paseo con tu pareja, hacer un pequeño viajecito o reirte en la playa con un amigo y un bocadillo como compañía, hazlo. Volverás a generar un huracán de felicidad con estos pequeños gestos…si te vienen malos momentos pensarás lo mucho que te has reído y has disfrutado de la vida en tiempos pasados y te ayudarán a sobrellevar mejor los malos momentos.

8. Reinvéntate
Me he reinventado con los trozos que pude aprovechar de mi reciclaje personal
El reciclaje de uno mismo es un proceso sumamente interesante, lo recomiendo a todo el mundo. Gracias a él he comprendido que no soy el envase del perfume, ni siquiera soy el líquido que alberga dentro, ahora sé que soy el aroma, lo que convierte al perfume en único, lo que me hace ser uno solo en un mundo con millones de olores. No soy un código de barras, no tengo precio que pueda pagarse, no pago el precio que dicen que valgo. Ahora soy una gato que ha escapado por la ventana y mira el mundo desde los tejados. Ahora soy de un material más ligero y resistente. Flexible como un junco y mucho más impermeable que antes, que tantas necedades me calaban hasta los huesos.

Me he reciclado, he hecho de mí mismo alguien igual pero diferente, del mismo material pero mejor versión , de la misma esencia pero transformado.
Unas partes me convencieron más que otras pero todas fueron necesarias para separar lo aprovechable de lo desechable. Separé lo que quería conservar y me deshice del resto. Y en el pozo de mi crisis, en aquel lugar oscuro, toqué fondo, pasé frío y tuve miedo, hasta que comprendí que el suelo de mi agujero negro me podía servir para impulsarme y subir hacia arriba, esta vez sí, porque hubo veces que incluso subí hacia abajo por increíble que parezca. Ahora soy yo mismo, sin haber dejado de serlo nunca, pero reinventado, libre de materiales pesados. Ahora floto si no quiero bucear y me moldeo como la plastilina.

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